Cómo es la naturaleza, nosotros los seres humanos nos sentimos invulnerables a todo, destrozando el planeta con gases tóxicos y un sinfín de porquerías que echamos en nuestros ríos, mares, tierra y aire.
La furia de la naturaleza es implacable, cuando la tierra comienza a rugir no le interesa lo importante que puedes ser tú o yo, tiembla y la vida termina en cuestión de segundos. Es impresionante las imágenes que llegan por todas los medios de comunicación, las lágrimas de muchas personas han caído este día y muchos ruegos han llegado hasta el cielo.
¿Qué pasaría si sucedería en nuestro país?
¿Estamos preparados para tan grande desastre?
Muchas casas del centro de Lima, barrios Altos se vendrían a bajo, sería nuestra Lima un gran cementerio, que Dios nos ayude y que la naturaleza nos vea con ojos de piedad.
Cómo en instantes la vida nos pueda dar un gran golpe, la naturaleza no perdona, un dolor en el pecho nos oprime y pedimos desde donde nos encontramos que pare la tierra de moverse en Japón. Desde aquí nuestras oraciones y condolencias para todas las víctimas de este gran cataclismo.
Hoy lamentablemente les toco a Japón, mañana, quizás, sea nuestro país.
