viernes, 19 de diciembre de 2008

MIENTRAS DORMIAS


Mientras dormías, Yo te observaba Y preguntaba a mi alma ¿ porque te amo tanto?
Pues al parecer me has embrujado con esos tus ojos de mirada profunda y limpia.
Mientras dormías, Yo acariciaba tu mejilla Dándole gracias a la vida
¿Por qué te amo tanto?,
Aún no lo sé ,
quizás por esa hermosa sonrisa que te regalo la vida.


Dormido Te veo, tranquilo,
como si esperaras que me pose a tu lado,
como si supieras que mi alma te ronda, seguiré observándote y seguiré enamorándome aún más de ti.

Sabes, surgió en una noche que no conciliaba el sueño,
en una noche de verano.
Mientras dormías te miraba
y el silencio de la noche penetrando mi alma...
lloré por el alma dormida,
lloré como en una noche de verano fingiendo una bonanza,
lloré por no tenerte al despertar.

Mientras dormías suplique al silencio que te cuidara
para no dañar tu sueño profundo,
ese sueño, de esa noche de verano,
ese sueño que cala mis días,
ese sueño que quisiera volver a encontrar.

Mientras dormías quise amarte,
pero tan profundo era tu sueño como tan grande el olvido.
Mientras dormías acaricié tus cabellos enredándolos entre mis manos
pidiendo una noche más a tu lado; sólo una noche más de puro amor.
Mientras duermes cuido tu silencio tan profundo,
tu silencio tan callado.
Mientras duermes cuido cada suspiro, cada respiración tuya,
acercándome a cada instante a tu pecho para escuchar tu corazón,
sólo para saber si duermes, en esta noche de verano.

Mientras dormías le pedí a la inmensidad de la noche que cubra todas tus penas.

Mientras dormías protegí tu alma con mi manto de amor,
para ver una vez más aquella sonrisa de esperanza.
Ahora, mientras duermes te ves tan frágil y una lágrima corre de tus ojos,
quisiera quitar toda tristeza que envuelve tu corazón.

sólo mientras duermes; por que es; el único momento en que puedo hacerte mío,
sólo cuando duermes, te mezo entre mis brazos, beso tus labios y acaricio tu espalda,
sólo mientras duermes,
quizás yo misma sea un sueño,
quizás yo misma no exista.
Sólo mientras duermes me tienes,
sólo mientras duermes soy tuya,
sólo mientras duermes eres mío.

Mientras dormías iba imaginándome lo inmenso que es el amor
mientras dormías quise soñar lo que tu soñabas para decir una vez más que te tenia,
Sólo... mientras dormías,
en esta noche de verano.

NOCHE DE ENSUEÑO





Aquel atardecer de frío invierno la lluvia caía sin cesar, el viento, golpeaba las ventanas de la habitación, la calle se veía sola, abandonada, sin ningún ser que la atravesara, más era otro fin de semana triste que se iba en aquel pequeño pueblo. Eran las cinco de la tarde, hora en que se toma el té, los viejos como siempre se sentaban en la mesa grande del salón a contar aquellas historias que eran tontas para mi pero que según ellos eran tan ciertas como el sol de las mañanas. Como nunca, la rapidez de la noche con su manto oscuro llegó al pueblo, los viejos se fueron a dormir, quedándome sola sentada en aquel sillón viejo, prendiendo en ese instante un fósforo y ver como desvanece su llama, preguntándome el por qué todo acaba, las lágrimas se apoderaron de mi rostro, cada día que pasa es un día más de mi vida que se va en esta cárcel sin rejas, rodeada de caminos inmensos, inalcanzables para mi, si pudiera ver más allá de ellas.
Aquella noche se torno larga, me Encontraba mirando por la ventana de la habitación no entendiendo lo que vi, tal vez sería solamente un espejismo que mi mente quiso inventar, pero desde muy dentro de mí sé que no era así, volviendo a mirar por la ventana del salón, viéndome a mi misma, me encontraba conversando, bailando con otras personas que nunca vi, aquello me confundió al no saber que hacer, ¿sería un sueño que mi mente quiso inventar? , después de unos minutos corrí las cortinas, el miedo se apoderó de mí, solamente atiné a sentarme nuevamente en aquel sillón marrón que sabía tanto de mi, prendí un cigarrillo y como un torbellino vinieron a mi mente recuerdos de él, su sonrisa inocente, pícara, sus cabellos ensortijados, castaños le daban un aire de niño travieso, sus ojos color caramelo me llenaban de Ensueños, todo de él me encantaba Pero realmente lo nuestro no podía ser, en ese instante alguien toco la puerta desapareciendo mis sueños tan rápido como vinieron, al pararme del sillón sentí una sensación extraña, me acerque a la puerta, al abrirla un aire helado entro por ella con tal fuerza tumbándome al suelo, desconcertada me puse en pie rápidamente, en ese momento vi como la habitación se iluminaba por completo, los objetos caían al suelo, quería gritar y salir corriendo de allí pero una fuerza extraña me detenía, un ser inexistente se acercaba cada vez más a mi, no pudiendo hacer nada, paso sus manos blancas por entre mis cabellos con ternura pidiendo que no llorara más, besándome en la frente desapareció, en un instante cerré mis ojos cuando los volví abrir Todo aquello terminó, sintiendo una paz, cerré la puerta, subí a la segunda planta de la casona, sintiendo en todo lo largo del corredor el olor de él, la música en la radio que tanto le gustaba sonaba, al abrir la puerta de mi habitación lo vi sentado a la orilla de la cama, no podía creer lo que estaba viviendo y pensé que era un sueño que la noche me donó por los dos, me acerqué dándole un beso rozando sus labios, aquellos se sentían tan fríos, tomándome él de las manos me pidió perdón, pero perdón porqué, sus labios se estremecieron diciendo: por dejarte tan sola, en ese momento no importaba más nada solamente el momento, se echó en la cama, terminé de fumar mi cigarrillo y me eché junto a él, acomodé mi cabeza en Su pecho, abrazándome con ternura, la puerta de la habitación se cerró lentamente como adivinando lo que sucedería en aquel lecho de amor. Dándome de nuevo un beso, pero un beso lleno de esperanzas, de amor, que sólo él podía dar, el cual guardaba en su corazón. Comenzaron las caricias, los besos, el calor del momento nos empezó a envolver, las ropas cayeron al piso delicadamente, sintiendo sus manos explorar mi cuerpo con tanta dulzura, con tanta ternura comenzó amarme, era tan real todo que no quería detener aquel sentimiento que me embriagaba por completo, sintiendo un dolor intenso pero a la vez mi ser, mis sentidos y mi corazón querían ser suyos, fui de él una vez más, era hermoso sentir como exploraba dentro de mi cuerpo, mis oídos se deleitaban al escuchar el susurro de su voz diciéndome que solo mío podía ser haciéndolo feliz, sus manos como jinetes galopaban en mi, tan suaves, delicadas, paseaban dibujándome por completo.
Yo necesitaba de él, tanto como el de mí, un beso más que una emoción, al hacerme sentir mujer brindándome su amor, perdiendo la noción del tiempo y de todo, mis manos como fieles compañeras mías paseaban por su cuerpo como descubriendo un nuevo mapa, dibujando cada pedazo de él, mi boca recorrió todo su cuerpo, besando cada parte de él, envolviéndolo en mi ser, quitando de mi todo aquello aprendido ya de lo que se debía o no hacer, quitando todo pudor de mi, lo amé como nunca antes, diciéndonos tantas cosas bellas, sentía como entraba en mi cuerpo haciéndome estallar de un placer que nunca antes había experimentado, y lo amé, Dios sabe cuanto lo amé y me amó. Terminamos rendidos, abrazados, unidos por un beso que selló nuestra unión, te amo tanto dijo él.
No podía creer lo que estaba viviendo en esa noche, pero no quería preguntar, no quería responder, quería que este sueño, sí sólo un sueño es, sea eterno ya que la noche me lo brindó, me lo donó por los dos.
Daría un instante de mi vida por no despertar otra vez y verme sola aquí, daría un instante de mi vida por quedarme envuelta en mi ilusión contigo, por ti, por mí, por los dos, ¿ cómo necesito de ti amor?, Te extraño tanto, la vida es tan corta sin tu amor, tengo miedo despertar ¿sabes? , no me dejes despertar.
Nos quedamos un momento juntos abrazados como antes, él acariciaba mi cuerpo nuevamente diciendo: El amor que me brindas es tan bello, tan profundo, tan real que nada podrá arrancarlo del corazón, esa mirada tierna y sensual que posees avergüenza mi desnudez en tu lecho, pero a la vez la torna impúdica y atrevida con ganas de desafiar al mundo por ti, sin darse cuenta él, las lágrimas brotaron de mis ojos recorriendo mis mejillas, lágrimas de amor, de dolor, de desesperación por tener que separarme nuevamente de él.
Al mirarme él, me devolvió la energía que perdí, sus ojos me decían tanto envolviéndome con su mirada de amor, llenándome de nuevo de múltiples sensaciones, un amor prohibido para mí, con una ternura de hombre y niño a la vez beso mi frente, comenzando a levantar las ropas, por primera vez deje ver mi cuerpo descubierto a sus ojos, acariciándome tan solo con su mirada, tomándome de la mano junto mi cuerpo con el suyo, escuchando de sus labios mi nombre como un suave murmullo de la aurora, no es un engaño... no es mentira me decía a mi misma, empezó a vestirme tan callado como cuando empezó, al sentir mis sentidos vibrar con su actuar, luego lo ayudé a vestirse como él me había enseñado. Necesito la vida para amarte dijo él, no quiero despertar, no quiero que despiertes, por que todo se desvanecerá volvió a decir él. Al escucharlo una tristeza me abordó por completo, lo único que atiné hacer fue abrazarlo como sí fuera la última vez, como sí fuera la única oportunidad que me brindaba la vida para hacerlo, besarlo como la primera y última vez con pasión desenfrenada y llorar en su pecho con el temor de no volverlo a sentirlo otra vez en mi piel quedándome dormida en sus brazos.
Al despertar me encontré que estaba echada en mi cama, alrededor de ella había muchas flores, flores hermosas, pero él no estaba, ya no estaba aquí, la vida da situaciones inigualables pero sé que un sueño no fue, que fue tan real como lo es el día, pero le doy gracias a la noche por haberme dado la felicidad.
¿ Por qué tenía miedo despertar? Él sabía que se iría otra vez, para no regresar más.

EL AMANECER LLEGÓ POR COMPLETO AL PUEBLO, LOS RAYOS SOLARES EMPESARON A CAER, LAS GOTAS DE ROCÍO BAÑABAN LAS ROSAS DEL JARDÍN, LAS CAMPANAS DE LA IGLESIA COMENSARON A REPLICAR, UN DÍA NUEVO SE APROXIMABA PARA MÍ, EN AQUEL INSTANTE SENTÍ QUE MI VIDA ERA OTRA, ALGO EN MI COMENZÓ A NACER, ESA NOCHE DIO UN FRUTO DE AMOR.