sábado, 27 de noviembre de 2010

Vivir con un Adicto.


Como pasan los días, como pasan los años, parece que fue ayer cuando te tuve dentro de mí. Me sentí muy sola, aunque muchos estaban cerca. Mi vientre iba creciendo, dormíamos en la misma cama, pero él, en su mundo, en un mundo equivocado. No quería vivir así. En las noches veía como se desesperaba por salir y comprar un poco más, su angustia lo cegaba a tal punto que no le importaba nada que no fuese su vicio, mi ángel y yo no importábamos. Buscaba y rebuscaba entre los pantalones, cajones hasta encontrar algo que llevarse para conseguir un poco más de eso que lo consumía y lo alejaba de nosotros.
La vida es hermosa, llena de propuestas que, a veces, dejamos pasar.
Una noche no llegó a casa, me extrañó y preocupó, su móvil sonaba, sonaba pero nada, no contestaba. Me cansé, me fui a dormir, mañana será otro día para pensar, me dije. Al día siguiente llamé a su
Trabajo a ver qué había sucedido, pero no había llegado. Imaginé lo peor. Volvía a insistir en su móvil, hasta que contestó.
-Ven por mí, estoy en el hotel Risco en la habitación número 6, colgó.
¿Qué haría en un hotel? Me pregunté.
Me tragué mi orgullo y fui, el cuarto apestaba a mierda, alcohol, drogas y sexo.
-Si no vas hoy al trabajo te botarán sin importarles absolutamente nada. Esto no puede seguir así, si quieres hacer de tu vida un rayo, hazlo, no me arrastres a tu abismo y no me toques.
-Esta porquería me gusta y no la pienso dejar por nada, no voy a trabajar no me interesa, quiero más. No me importa la familia, no me importa nada, sólo lo que he experimentado esta noche, drogas, alcohol y sexo.
-¿Qué tipo de sexo? Ya no puedes con mujeres ahora necesitas otras cosas para sentir.
Vivir con un adicto es terrible, no se lo deseo a nadie, más aún cuando ese adicto es el padre de tus hijos y crees tú que puedes hacer que cambie, es la mentira que creamos para no dejar la relación.
Realmente ese tipo de relaciones son desgastantes, maltratadoras y te quitan el alma, crees que lo mereces y en verdad la vida no se ha hecho para que otro te la arruine. Quiérete mucho y déjalo ir, lo peor de todo que no responden ni sirven para nada. Se olvidan de la familia y luego tratan de rehacer su vida con otra, la que cree sacarse la lotería.
Ignora o se hace la que no le da importancia, que debe trabajar para darle gusto en todos sus vicios, bueno la pelota está en otra cancha, yo estoy felizmente casada, viviendo con mi familia. El otro, no sabrá nunca lo que se perdió, que es tener una familia de verdad.